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Cardenalito de Venezuela
Spinus cucullatus

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Cardenalito de Venezuela
Foto:canaricultura.es

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Quienes llegan a lograr un Cardenalito de Venezuela parece que se dan por satisfechos con la única idea de obtener de él los codiciados F1 (híbridos de este bellísimo exótico con canario hembra), despreciando totalmente una mayor información y conocimientos de su particular biología.

Es muy extraña la falta de información que existe en torno a las costumbres, alimentación, reproducción y hábitat del Cardenalito de Venezuela.

“En tratados de Canaricultura y Ornitología tan sólo se describen sus colores, sus propiedades de transmitir el color rojo al canario y bien poco más. Quizá esto se deba al hecho de que los más allegados a la vida de este pequeño fringílido, como son pajareros y comerciantes, guardan celosamente para sí, el conocimiento de sus costumbres, evitando así, la “competencia comercial”. Nos viene al pensamiento esta creencia por conocer perfectamente el comercio ilegal que existe en su país de orígen.

“Debido a la gran demanda de Cardenalitos, proveniente de todos los países donde se practica la Canaricultura de color, esta ave se ha convertido en la más codiciada por comerciantes ocasionales y cazadores furtivos. En Caracas, así como en La Guaira, su famoso puerto marítimo, el comercio de compra y venta deL Cardenalito de Venezuela constituía, hasta hace muy poco, un auténtico negocio internacional. Marinos y viajeros llegaban a pagar cantidades desorbitantes por un Cardenalito de Venezuela. Los pocos que llegaban vivos a Europa se cotizaban a precios astronómicos.

“No es extraño pensar, pues, que el desconocimiento científico de su vida silvestre sea el resultado de un convenio tácito entre cazadores y comerciantes clandestinos. Como quiera que sea, este desconocimiento de su vida y costumbres trae, como consecuencia, la temprana enfermedad y la muerte de la mayoría de los Cardenalito de Venezuela que logran llegar vivos a Europa.

“Por otro lado, esta especie se halla gravemente amenazada de extinción. Este hermoso rubí alado de las regiones norteñas venezolanas, se le encuentra ya muy escasamente por haberse convertido, inevitablemente, en una víctima más del egoísmo y el capricho irracional del hombre. Afortunadamente, las medidas tomadas por el Gobierno, aplicando con rigor las actuales leyes de protección de la fauna venezolana, vienen a paliar, en la medida de lo posible, los estragos ocasionados a esta especie. Estas leyes se están aplicando de forma tajante en la actualidad y el comercio, tan floreciente en años pasados, esta desapareciendo, con la natural alegría de los ornitólogos y amantes de la Naturaleza de todo el mundo.

NOMBRES VERNÁCULOS Y CIENTÍFICOS.-

“ Este bellísimo fringílido americano mide de 11 a 12 centímetros. Es conoido por varios nombres vernáculos, tales como Tarín, en Argentina, Lúgano Rojo, en otros países de Sudamérica, Cardenalillo, en España, Cardenalito, en Venezuela, etc. La denominación científica también es variada y confusa: Spinus cucullatus, Carduelis cucullatus y Crhysomitris cucullatus. Como se ve, los ornitólogos tampoco han profundizado mucho en su estudio y taxonomía: Unos le incluyen entre los “Carduelis”, otros entre los “Spinus”, etc.

“Todo ello contribuye negativamente al auténtico conocimiento científico de este hermoso pájaro tropical, tan fundamental para el canaricultor de color. De lo que no nos cabe duda es que el Cardenalito de Venezuela está estrechamente emado con un numeroso grupo de fringílidos americanos: los “Spinus”.

COLORES DEL MACHO.-

“La cabeza, el cuello y la garganta son negro azabache, en forma de capucha; el dorso es rojo oscuro; el pecho y el obispillo son de color rojo fuego, bellísimo; la cola, completamente negra. Las alas son negras, con una preciosa y ancha franja de color rojo-naranja atravesando las remeras primarias y secundarias. Las patas y el pico, de color pardo oscuro. Los ojos son de color ámbar.

COLORES DE LA HEMBRA.-

“La hembra del Cardenalito de Venezuela tiene la cabeza, el cuello, el dorso y los flancos de color gris ceniza uniforme, con escasa coloración roja en el pecho y obispillo. La cola es negra; las alas del mismo color, teniendo la misma franja alar rojo-naranja que el macho.

COLORES DE LOS JOVENES INMATUROS.-

“Los jóvenes inmaturos se identifican perfectamente por su coloración uniforme de pardo grisáceo. El color de la banda alar es apenas apreciable en los primeros días de abandonar el nido. San parecidos a la hembra adulta, pero sin los colores negro y rojo de ésta, siendo la tonalidad del gris, más apagada.

VIDA SILVESTRE.-

“Este hermoso fringílido es oriundo de las regiones norteñas de Venezuela, caracterizadas por cordilleras, colinas y llanos. Esta amplia faja se caracteriza por sus estaciones climatológicas totalmente diferentes entre sí: Una , lluviosa y húmeda, que comprende de Abril a Otubre y otra seca, de Noviembre a Marzo. La vegetación es la propia de la sabana americana, esto es, arbustos, gramíneas y hierbas de todo tipo, con muy escasa arboleda. Las temperaturas medias de esta zona varían sensiblemente, según sea la estación húmeda o seca.

“Vive el Cardenalito de Venezuela en bandadas errantes, en las planicies de plantas bajas. Se nutre de semillas, tallos tiernos y pequeños insectos. Anida en primavera. La hembra pone de tres a cinco huevos, completamente blancos, que incuba ella sola. El macho le lleva el alimento, proporcionándoselo ya regurgitado. El nido es construido en forma de copa, con abundante material seco de gramíneas y pelos. La hembra lo forra cuidadosamente con plumas y otros materiales blandos. A los 11-12 días de ser incubados los huevos, nacen los pollitos, cubiertos de un escaso y fino plumón. Son alimentados con insectos, larvas y semillas peladas y regurgitadas, por ambos progenitores. A los 15 días, abandonan el nido. La hembra hace de dos a tres puestas al año.

EL «CARDENALITO DE VENEZUELA» EN CAUTIVIDAD.-

“El Cardenalito de Venezuela se acostumbra con facilidad a la vida en cautividad; es confiado y cariñoso con quien le cuida y no es pendenciero con otros pájaros que se pongan en su compañía. Es alegre y muy cantor. Su canto se parece bastante al de nuestro Verdecillo (Serinus serinus). Siempre esta en movimiento. Le gusta mucho el alimento verde, especialmente la lechuga. Es tan amante del negrillo que si, por su gusto fuera, sólo comería de esta semilla y lechuga. Algunos consienten morir antes que probar otros granos. Pero el negrillo acaba enfermándole. Deben comer de esta semilla oleaginosa, pero no en exceso, pues no resisten una dieta continuada a base de este alimento.

“Es preciso hacerles comer también alpiste, mijo, nabina, semilla de cardo y colza, así como alguna fruta y alimento verde. Debe dáseles también semillas de lechuga, adormidera azul y algunos cañamones machacados. No se les debe dar pasta de huevo, como se hace con los canarios, pues acaban enfermando de hepatitis y mueren al poco tiempo.

“Lo más difícil es su adaptación y aclimatación a nuestras latitudes. Es preciso aclimatarles muy lentamente y procurar que la temperatura no baje de los 10 grados centígrados. Es un pájaro muy friolero, acusando enseguida la falta de calor. Una vez hecha la primera muda en la jaula, ya no precisa tan especiales cuidados.

“La prueba evidente de su salud es el canto. Si un Cardenalito de Venezuela canta, podemos pensar en criar con él con bastantes probabilidades de éxito. Es de naturaleza muy ardiente y si esta fuerte y sano, se le puede acoplar con dos hembras perfetamente.

“Pero en este trabajo no vamos a tratar de sus cualidades reproductoras y genéticas, ni de su extraordinaria influencia en la canaricultura de color. Este tema, junto con un profundo estudio científico-prático de su reproducción en cautividad con su propia hembra, será desarrollado, con todo detalle, en un próximo trabajo. Adelantamos, sin embargo, que este acontecimiento ornitológico ha tenido lugar en España con Cardenalito de Venezuela traídos de Venezuela y adaptados a nauestro clima. Este logro ha sido conseguido, después de largos años de pruebas y ensayos por el autor de este artículo”.

por José Moreno Sánchez
Juez de la F.O.E. (España)

Via: pobladores

Se han realizado varios ensayos para tratar de estimar el número de individuos silvestres que sobreviven en la actualidad; sin embargo, dichos estimados se caracterizan por sus imprecisiones y se desconoce realmente la población actual. Los estimados varían desde un mínimo de 600 hasta 800 aves en todo el país, de los cuales se calculan unos 350 a 500 individuos en occidente, y otros 300 en la zona central. Otros estimados indican que en la actualidad sobreviven alrededor de 4.000 Cardenalito de Venezuela silvestres en total, de los cuales unos 2.500 viven en los estados Lara y Falcón. Las cifras de aves capturadas apoyarían más al segundo estimado que al primero. Es necesario aclarar que, si bien se puede asegurar que la cifra es baja, aún falta información para estimar la población con exactitud. En cualquier caso, las cifras actuales son menores que las anteriores y la mayoría de las poblaciones referidas en el pasado se encuentran extintas en la actualidad.

Fuente: Wilkipedia

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