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Pixie Bob
Federaciones: TICA, ACFA/CAA, CCA-AFC

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Incluso en Estados Unidos, la distribución del Pixie Bob sigue siendo limitada, ya que el número de criadores no supera la veintena.
photo: © Nathalie Bent - pixie-bob.info

Contenido

Valoraciones del "Pixie Bob"

Es importante la convivencia que vas a tener con tu nuevo amigo. Antes de plantearte la adquisición de un gato de la raza "Pixie Bob" debes conocer ciertos factores. Debes tener en cuenta su carácter, su necesidad de ejercicio, su interacción con otras mascotas, sus cuidados y si tienes niños pequeños, su nivel de tolerancia hacia ellos.

Alegría

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Nivel de actividad

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Amabilidad con otras mascotas

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Amabilidad con los niños

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Requisitos de aseo

Valorado con 2,0 de 5
2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Vocalidad

Valorado con 3,0 de 5
3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Necesidad de atención

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Afecto hacia sus dueños

Valorado con 5,0 de 5
5,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Docilidad

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Inteligencia

Valorado con 4,0 de 5
4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Independencia

Valorado con 2,0 de 5
2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Robustez

Valorado con 5,0 de 5
5,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Historia

Los orígenes del Pixie Bob están teñidos de fantasía. Existe la leyenda de que es el resultado del apareamiento entre hembras de gato doméstico y machos de lince rojo. Esto se debe seguramente al hecho de que el Pixie Bob se parece al «Lince«, pero no tiene fundamento.

Lo que se sabe es que Carol Ann Brewer, una criadora del estado de Washington, en el noroeste de Estados Unidos, fue la creadora de la raza.

En 1985, a través de un anuncio en el periódico, adoptó y nombró a Keba, un gatito macho que se parecía a un lince rojo: grande, con manchas y con la cola corta. Los propietarios le dijeron que el padre era un lince rojo (Lynx rufus).

Carol Ann Brewer ya tenía una hembra, llamada Maggie, que tenía las mismas características. Decidió aparearlos. En la camada resultante, nació una pequeña gatita con rasgos idénticos a los de sus padres. La llamó Pixie.

Pixie parecía un gato salvaje, pero estaba domesticado y era cariñoso. Carol Ann Brewer quedó encantada con esta original mezcla y decidió criarla.

Recorrió las montañas Cascade y encontró 23 machos con las mismas características: cola corta, pelaje manchado, pelo corto o largo. Así, tuvo suficientes ejemplares para empezar a criar lo que decidió llamar el Pixie Bob: Pixie en referencia al pequeño gato del que descienden todos los representantes de la raza, y Bob por «bobcat«, que significa lince.

Carol Ann Brewer reunió entonces a su alrededor a otros criadores apasionados por el gato y que querían contribuir a su desarrollo. Ejerció un estricto control sobre su labor de cría, de modo que juntos consiguieron mantener tanto el aspecto salvaje del gato como su temperamento doméstico.

En 1989 Carol Ann Brewer escribió la primera norma para el Pixie Bob. Ella y sus colegas trabajaron duro para conseguir que la Asociación Internacional del Gato (TICA) reconociera la raza. Una de las formas de hacerlo fue acallar el rumor de que los animales eran híbridos del lince rojo, es decir, que descendían de esa especie. Sabían que era muy poco probable que las autoridades oficiales aceptaran registrar un gato híbrido. Por ello, realizaron pruebas genéticas a las diferentes camadas, que demostraron científicamente que no había relación entre sus gatos y los animales salvajes.

En 1993, la organización dio un primer paso decisivo al permitir que el Pixie Bob se presentara en las exposiciones organizadas bajo la égida de la organización, aunque sin poder competir. En 1996, concedió oficialmente al Pixie Bob el estatus de nueva raza, y en 1998 la raza recibió el pleno reconocimiento, permitiendo a sus representantes participar en concursos.

Al mismo tiempo, el «Pixie Bob» comenzó a difundirse internacionalmente.

Este fue el caso, en particular, de Francia: un primer ejemplar se presentó en 1997 en el Festival del Gato de Pontoise. El organismo de referencia del país, el Livre Officiel des Origines Félines (LOOF), reconoció la raza apenas 5 años después, en 2002.

No todos han hecho lo mismo. Por ejemplo, la solicitud de reconocimiento realizada a la Cat Fanciers’Association (CFA) todavía no ha tenido éxito a día de hoy, al contrario de lo que ocurrió en 2005 con la realizada a la American Cat Fanciers’ Association. En general, pocos organismos oficiales han aceptado la raza. Por ejemplo, ni la Fédération Internationale Féline (FIFé), ni el Governing Council of the Cat Fancy (GCCF), ni la Association Féline Canadienne (CCA), han dado el paso.

Distribución del "Pixie Bob"

Aunque el Pixie Bob comenzó a exportarse fuera de su país de origen en los años 90 (Canadá, Francia, Italia, etc.), la mayor parte de su población sigue concentrada en Estados Unidos. Sigue siendo raro y poco conocido en el exterior.

Incluso en Estados Unidos, su distribución sigue siendo limitada, ya que el número de criadores no supera la veintena. En Canadá, hay menos de una docena.

En Francia, apenas hay más que un puñado de criadores. El número de registros anuales de Pixie Bob en el Livre Officiel des Origines Félines (LOOF) rondó la veintena entre 2006 y 2008, para luego descender a una decena en los años siguientes, antes de volver a alcanzar un máximo en 2018, con más de 30 nacimientos al año. En cualquier caso, sea cual sea la época, los registros de Pixie Bob de pelo corto son de 2 a 3 veces más numerosos que los de Pixie Bob de pelo largo.

La raza también está presente en Bélgica, pero allí sólo hay unos pocos criadores.

Características físicas

Pixie Bob
Pixie-Bob – Simone Johnsson from Curitiba, Brazil, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

El Pixie Bob es un gato largo y poderoso con una mirada salvaje.

El cuerpo es de tamaño medio a grande, con huesos fuertes y músculos potentes. La caja torácica es amplia y bien desarrollada. Los hombros son prominentes y forman un hueco en el centro, lo que da la impresión de que el Pixie Bob rueda al caminar. La parte inferior del cuerpo tiene un bolsillo en el vientre. La espalda forma un ligero hueco que sube hasta las caderas, que son ligeramente más altas que los hombros.

La cola debe tener al menos 5 cm de longitud, pero no debe sobrepasar el corvejón cuando la pata está completamente extendida.

Las patas son largas y poderosamente musculadas, terminando en pies grandes, anchos y casi redondos. Estos últimos tienen dedos carnosos.

Algunos individuos tienen una cola normalmente larga o pies polidáctilos. En Francia, el Livre Officiel des Origines Félines (LOOF) autoriza su registro y reproducción, pero no pueden participar en concursos organizados bajo los auspicios de la organización. La Asociación Internacional del Gato acepta los Pixie Bob con cola larga, siempre y cuando la cola no sobrepase más de 2 cm del corvejón cuando la pata está extendida, así como los que son polidáctilos (7 dedos como máximo).

La cabeza del Pixie Bob descansa sobre un cuello potente y musculoso. Es de tamaño medio a grande y tiene la forma original de una pera invertida. La frente es ligeramente redondeada y termina en un ligero stop.

Las orejas son de tamaño medio y anchas en la base, con la punta redondeada. Sutilmente inclinadas hacia fuera, tienen mechones de pelo en forma de pluma en la punta, lo que les da un aire de semejanza con el lince.

Los ojos están muy separados en forma de triángulo rectangular y su color varía entre el dorado y el avellana. Están rodeadas por una línea de maquillaje blanco cremoso que resalta su contorno, y están rematadas por unas cejas pobladas. Los párpados son bastante pesados y cubren una pequeña parte de los ojos, dando al Pixie Bob un aspecto ligeramente indolente y medio dormido. Además, a cada lado, una línea negra va desde el ángulo externo del ojo hasta la mejilla, que es prominente.

La nariz es bastante grande y ancha. También es ligeramente arqueado, formando una pequeña joroba, y termina con una nariz de color ladrillo.

Por último, el mentón está bien desarrollado y cubierto con un pelaje denso.

El Pixie Bob se presenta en dos variedades, que se diferencian por la longitud de su pelaje – todas las demás características físicas y mentales son idénticas. Hay individuos de pelo corto y de pelo largo. En este último caso, sin embargo, el pelo no supera los 5 cm de longitud.

Tanto los gatos de pelo corto como los de pelo largo tienen un pelaje suave, lanoso y denso, especialmente en la cabeza, donde es más tupido.

El Pixie Bob es un gato atigrado cuyo pelaje sólo puede tener un patrón tabby manchado, es decir, está manchado con pequeñas manchas redondas, distribuidas aleatoriamente por el cuerpo. La capa inferior es de color gris ratón, y la superior es de color marrón, o de todas sus tonalidades más claras u oscuras. El vientre contrasta con el resto del cuerpo, ya que es de color blanco cremoso. Lo mismo ocurre con la barbilla y la parte inferior del cuello, que son de color más claro. En cambio, la parte posterior de las patas, las almohadillas y la punta de la cola son de color marrón-negro o negro.

El pelaje moteado del Pixie Bob cambia con las estaciones. En invierno, el pelaje es muy denso, lo que le permite soportar temperaturas muy bajas. En verano, el pelaje es menos denso y más corto, lo que permite que se vea el patrón de manchas. La muda tiene lugar en primavera y otoño.

Por último, independientemente de la variedad, existe un cierto dimorfismo sexual: el macho no es mucho más grande que la hembra, pero es más pesado.

Tamaño y peso

"Pixie Bob"

Pixie Bob
Pixie-Bob – Simone Johnsson from Curitiba, Brazil, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons
  • Tamaño: 30 cm
  • Peso macho: De 6 a 10 kilos
  • Peso hembra: 3 a 4 kg

Estándar de la raza

Los estándares de la raza son documentos elaborados por organismos oficiales que enumeran las condiciones que debe cumplir un Pixie Bob para ser plenamente reconocido como perteneciente a la raza:

Variedades

El Pixie Bob se presenta en dos variedades:

  • el Pixie Bob de pelo corto;
  • el Pixie Bob de pelo largo.

La única diferencia entre ellos es la longitud del pelo: sus otras características físicas son idénticas, al igual que su temperamento. Sin embargo, el Pixie Bob de pelo corto es más común que el de pelo largo.

Además, aunque no se consideren variedades en sentido estricto, existen tanto los Pixie Bobs de cola corta (la mayoría) como los que tienen una cola bastante más larga. Ambos pueden ser de pelo corto o largo.

Carácter y aptitudes

Pixie Bob
Pixie Bob

El Pixie Bob es un gato sorprendente y notable. De hecho, su aspecto salvaje podría inducir a error, pero no se deje engañar: este gato tiene un carácter afectuoso y dócil, que incluso es parecido al de un perro en muchos aspectos.

De hecho, este animal extrovertido, cariñoso y fácil de llevar es ideal para una familia. No es un gato individual, sino que espera -y ofrece- afecto a todos los que le rodean a diario. Les gusta ser el centro de las actividades familiares y participar de alguna manera. Un poco hablador, no duda en comunicarse para demostrar, por ejemplo, que necesita que le acaricien.

Incluso puede hablar con extraños de esta manera. De hecho, el Pixie Bob no es tímido con los extraños o los invitados que entran en su casa. Por el contrario, se queda en medio de toda esa gente y quiere participar.

Si este mimoso felino disfruta acurrucándose en el sofá con sus humanos, es porque es tranquilo y relajado por naturaleza. Un poco adicto al sofá a veces, le gusta la tranquilidad de su casa y estar rodeado de su familia.

Son capaces de hacer frente a la excitación de los más jóvenes: amando su compañía y mostrando una paciencia infinita con ellos, sin ser nunca agresivos, es claramente una raza de gato recomendable para los niños.

Sin embargo, el hecho de que sea una buena compañía no debe hacernos olvidar que un niño pequeño y un gato -sea cual sea la raza- nunca deben estar solos juntos, sin la supervisión de un adulto.

El Pixie Bob también es sociable con otros gatos, perros e incluso con pequeños animales como roedores y pájaros. De hecho, suele aceptar fácilmente compartir su territorio, sobre todo si se ha acostumbrado a ello desde pequeño. Sin embargo, si otro animal entra en el círculo familiar cuando ya no es un gatito, es preferible adaptarse gradualmente para minimizar el riesgo de problemas. En cualquier caso, si va a vivir bajo el mismo techo que un can, es mejor elegir una raza de perro que se lleve bien con los gatos y pueda convivir con ellos.

Sin ser destructivo, el Pixie Bob es juguetón, y a veces incluso exuberante. Por lo tanto, necesita espacio. Sin embargo, siempre que tenga un tamaño respetable y sus dueños le permitan hacer ejercicio, puede vivir tanto en un piso como en una casa con jardín. En este último caso, es buena idea instalar una gatera, para que pueda entrar y salir a su antojo, tanto dentro como fuera.

Independientemente de dónde viva su gato, es posible enseñarle a caminar con correa, sobre todo si se empieza lo suficientemente pronto. Esta es una opción interesante si dejar a su gato vagar libremente no es posible o es demasiado peligroso. El Pixie Bob también disfruta de los paseos en coche, pero hay que tener cuidado para garantizar su seguridad y la de los ocupantes del vehículo colocándolo en un transportín para gatos. Sea como sea, es muy aficionado a los paseos en familia y curioso, disfrutando de la observación de su entorno.

Cuando sus dueños no pueden llevarle con ellos, por ejemplo al trabajo durante el día, no le resulta demasiado difícil afrontar la soledad, siempre que se sienta seguro en casa y tenga juguetes interactivos que le mantengan ocupado y estimulen sus facultades. Esto le impide encontrar otros objetos con los que entretenerse, como toallas de papel o papel higiénico, que desenrolla y tritura con infinito placer.

También le gusta perseguir un objeto, traerlo de vuelta y así interactuar con las personas que le rodean, como lo haría un perro. Esta puede ser una forma fácil de jugar con él en casa. Su inteligencia también le permite aprender pequeños trucos y ejercitar sus habilidades.

Como a la mayoría de sus compañeros, también le gusta trepar, por lo que un árbol para gatos también es una inversión esencial. Por último, para completar el paquete, un poste de rascado es esencial para que pueda rascarse todo lo que quiera. Es mejor que satisfaga esta necesidad natural e imperiosa en este objeto, que en los muebles o las cortinas.

Por último, el Pixie Bob es una de esas raras razas de gatos a las que les encanta el agua. Un grifo que gotea es una verdadera fuente de diversión para él: disfruta no sólo observando el fenómeno, sino también jugando con el goteo del agua, incluso manchándose en el fregadero para mojarse. También le gusta saltar a la bañera si hay fondo para jugar.

Salud

Pixie Bob
Young pixie-bob longhair – VanWagn, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

El Pixie Bob es, en general, un perro sano, lo que es un testimonio del buen trabajo que los criadores han estado haciendo desde la década de 1980, especialmente para evitar la endogamia y los problemas que ésta causa.

Además, su pelaje, muy denso y resistente al agua, le permite soportar temperaturas bastante frías y el mal tiempo. Por otro lado, le hace sufrir el calor cuando sube el mercurio. Por lo tanto, es más adecuado para climas templados o fríos. En cualquier caso, si vive en un clima mediterráneo, por ejemplo, es esencial que tenga un lugar aireado y sombreado para descansar al fresco del sol, así como agua fresca a su disposición en todo momento.

A pesar de su buena salud en general, el Pixie Bob es, como todas las razas, más propenso a ciertas dolencias. En este caso, se trata de:

  • Criptorquidia, que corresponde al hecho de que uno o dos testículos han quedado en el abdomen en lugar de descender a la bolsa. El animal debe ser operado entonces, ya que la glándula genital que ha quedado en el abdomen puede volverse cancerosa con la edad. Además, esto evita que el gato se comporte como un gato no castrado, es decir, que huya y se pelee más. Sin embargo, esta condición sigue siendo muy rara;
  • Distocia, que es la dificultad para dar a luz. Esto puede deberse a una posición anormal del feto, a un peso excesivo del mismo o a una dilatación o diámetro insuficiente del canal pélvico. Si la gata lleva más de 12 horas con contracciones y éstas no son efectivas y, por tanto, no ha empezado a parir, es urgente llamar al veterinario. En la mayoría de los casos, el veterinario realiza una cesárea y luego aconseja castrar al animal, para no poner en peligro su vida de nuevo con otro embarazo.

Además, el Pixie Bob tiene tendencia al sobrepeso, si no a la obesidad. Esto tiene consecuencias para el estado del Pixie Bob: puede tanto agravar los problemas de salud preexistentes como provocar la aparición de otros nuevos.

En cualquier caso, el hecho de que este gato goce en general de buena salud no significa que no haya que recurrir a un criador serio de Pixie Bob para tener la mejor oportunidad de tener un felino sano y bien adaptado. En efecto, un profesional digno de ese nombre hace todo lo posible no sólo para socializar a los gatitos desde sus primeras semanas, sino también para descartar cualquier enfermedad hereditaria haciendo que se realicen diversas pruebas genéticas a los reproductores propuestos y excluyendo a los que presentan un riesgo. Además, no duda en realizar varias pruebas a los gatitos para confirmar su buena salud. Por lo tanto, puede proporcionar los resultados de las distintas pruebas, además de un certificado de buena salud redactado por un veterinario y una lista de las vacunas recibidas por el gatito, registradas en su cartilla sanitaria o de vacunación.

Una vez realizada la adopción, es responsabilidad del propietario cuidar de la salud de su compañero durante toda su vida. Para ello, es imprescindible realizar un chequeo completo de salud en el veterinario al menos una vez al año, y aún más cuando el perro se hace mayor. De este modo, el profesional tiene la oportunidad de diagnosticar lo antes posible cualquier problema que aún no sea visible, para poder tratarlo en las mejores condiciones. Estas visitas periódicas son también una oportunidad para recordar las vacunas del gato.

Para que el gato esté siempre protegido, el propietario debe asegurarse de renovar los tratamientos antiparasitarios a lo largo del año, siempre que sea necesario. Esto se aplica incluso a las mascotas de interior: aunque estén menos expuestas al riesgo de parásitos, no están completamente a salvo.

Aseo

"Pixie Bob"

Pixie Bob
Cachorro Pixie-Bob Hembra, cola larga, pelaje corto, activa y muy juguetona – Flickr

Las necesidades de mantenimiento del Pixie Bob dependen de la longitud de su denso y lanoso pelaje, especialmente cuando muda en primavera y otoño.

En el caso de un gato de pelo largo, es necesario cepillarlo dos veces por semana para eliminar los pelos muertos. Durante los periodos de muda, en primavera y otoño, es necesario un rápido cepillado diario.

Para el Pixie Bob de pelo corto, el cepillado una vez a la semana es suficiente, excepto durante el período de muda, cuando es mejor cepillar dos veces a la semana.

Independientemente de la longitud de su pelo, también es necesario revisar y limpiar sus orejas semanalmente. Así se evita que la humedad o la suciedad se acumulen y se infecten.

También debe aprovechar la oportunidad para examinar los ojos. Si es necesario, se debe frotar un paño húmedo en el rabillo de los ojos para eliminar la suciedad y prevenir posibles infecciones.

Tampoco hay que descuidar el mantenimiento de los dientes del gato, ya que puede provocar la acumulación de placa dental, que puede causar enfermedades más o menos graves si se convierte en sarro. Cepillarse al menos una vez a la semana con un dentífrico para gatos es la mejor manera de prevenir la acumulación de placa, pero lo mejor es cepillarse más a menudo, o incluso a diario.

También es una buena idea revisar sus uñas cada mes. Si tiene acceso al exterior, el desgaste natural debería ser suficiente para limarlos, pero sigue siendo esencial comprobar que no son demasiado largos. Si lo son, el recorte manual es esencial para evitar que se interpongan, se rompan o incluso lesionen al perro. Para un individuo que vive en un piso, esto debería hacerse generalmente una vez al mes, incluso si tiene un poste de rascado.

El mantenimiento de un Pixie Bob no es especialmente complejo. Sin embargo, ya sea su pelaje, sus orejas, sus ojos, sus dientes o sus garras, los distintos pasos no siempre son fáciles de seguir: no hay que dudar en pedir ayuda a un especialista la primera vez. En efecto, aprenderlas de un veterinario o de un peluquero de gatos profesional le permite ser eficaz y no arriesgarse a hacer daño a su mascota, o incluso a lesionarla.

Además, en cuanto se dominan los gestos adecuados, las sesiones de acicalamiento pueden ser momentos privilegiados entre el amo y su compañero, sobre todo porque al Pixie Bob le encanta recibir atenciones y caricias. Cuanto antes se acostumbre, más fácilmente lo aceptará e incluso pedirá más.

alimentación

Como todos sus congéneres, el Pixie Bob requiere una dieta perfectamente adaptada a sus necesidades nutricionales, tanto en términos de calidad como de cantidad. Estas últimas dependen principalmente de su edad, nivel de actividad y estado de salud.

Sus raciones diarias deben ser definidas rigurosamente, ya que tiene una desafortunada tendencia al sobrepeso. Por eso, a diferencia de la mayoría de los gatos, es mejor acostumbrarlo a las comidas fijas en lugar de dejarle comida todo el día, ya que no es capaz de regular su propia ingesta.

La comida industrial de buena calidad puede ser bastante adecuada para alimentarlo. Sin embargo, a menos que esté seguro de que satisface sus necesidades, debe evitar ofrecerle alimentos destinados a los humanos. Sobre todo porque darle las sobras puede provocar tensiones y dañar la relación con su dueño. Pueden llegar a ver esto como un hábito o incluso una obligación, y lo exigirán obstinadamente, maullando y expresando su descontento si no lo consiguen. Además, un gato necesita una dieta que varíe poco: cualquier cambio brusco en su alimentación puede alterar su digestión. Por último, hay que recordar que algunos alimentos que son muy sabrosos para los humanos son tóxicos para los gatos.

El amo debe controlar siempre el peso de su gato cada mes, pero esto es aún más importante para el Pixie Bob, dada su tendencia a la obesidad. En caso de que un deslizamiento se confirme o incluso se acentúe en las siguientes mediciones, es imprescindible una visita al veterinario para ver con más claridad y saber cómo remediar el problema. De hecho, sólo un profesional puede hacer un diagnóstico fiable, ya que el aumento de peso puede no estar relacionado con la dieta o el nivel de actividad del animal: puede ser, por ejemplo, un efecto secundario de un medicamento o un síntoma de una enfermedad.

Por último, como en el caso de cualquier otro gato, es importante mantener agua fresca a disposición de su Pixie Bob en todo momento.

Comprar un "Pixie Bob"

El precio de un gatito Pixie Bob suele oscilar entre 900 y 1500 euros.

En todos los países, la cantidad requerida para adoptar un Pixie Bob difiere en función de la reputación del criadero, del linaje del que desciende el animal y, por supuesto, de sus características intrínsecas, sobre todo físicas. Este último punto explica por qué hay diferencias de precio significativas dentro de una camada.

Pixie Bobs

How to care for a Pixiebob cat Updated 2021 || Pixie bob cat kittens

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