Quién tiene un perro como mascota, habrá observado como cuando viajamos en coche, nuestro can insiste en sacar su cabeza por la ventanilla. Cuanto mayor es la velocidad, mayor es la deformación de su cara. Aún así, él disfruta con esa sensación. Al principio parece que los ojos se le salen de las órbitas, el rostro se le afila con la típica cara de velocidad, al final su cara es todo un poema. Para muestra estas imágenes.
Via: haha.nu