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Ca de Bou (Perro dogo mallorquín)
España FCI 249 - Molosoides - Dogo

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El Ca de Bou es un perro apacible, extremadamente cariñoso con sus dueños, fiel a su amo

Ca de Bou

Contenido

Valoraciones del "Ca de Bou (Perro dogo mallorquín)"

Es importante la convivencia que vas a tener con tu nuevo amigo. Antes de plantearte la adquisición de un perro de la raza "Ca de Bou (Perro dogo mallorquín)" debes conocer ciertos factores. No todas las razas de perros son aptas para vivir en un apartamento, debes tener en cuenta su carácter, su necesidad de ejercicio, su interacción con otras mascotas, sus cuidados y si tienes niños pequeños, su nivel de tolerancia hacia ellos.

Adaptación ⓘ

5,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Perro amistoso ⓘ

2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Pérdida de pelo ⓘ

3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Nivel de afecto ⓘ

2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Necesidad de ejercicio ⓘ

4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Necesidad social ⓘ

2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Hogar ⓘ

3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Aseo ⓘ

2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Amigable con extraños ⓘ

3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Ladridos ⓘ

3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Salud ⓘ

3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Territorial ⓘ

5,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Amistoso con gatos ⓘ

2,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Inteligencia ⓘ

4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Versatilidad ⓘ

3,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Amigable con niños ⓘ

4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Vigilancia ⓘ

5,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Alegría ⓘ

4,0 de 5 estrellas (basado en 1 reseña)

Historia

El Perro dogo mallorquín, también conocido como Ca de Bou en catalán o Perro de presa mallorquín en castellano, es un perro bastante antiguo cuya historia sigue siendo poco clara.

Se cree que se originó a partir de una serie de razas, especialmente el mastín español y el alano, que se cruzaron a lo largo de los siglos.

El resultado de estas cruces llegó a Mallorca en el siglo XIII, concretamente en 1229, durante la conquista de la isla por el rey Jaime I de Aragón. Algunos de estos perros permanecieron allí y se criaron con perros locales. Los individuos resultantes resultaron ser mucho menos sensibles al calor y se adaptaron muy bien a las condiciones locales. Empezaron a ser utilizados por la población local para vigilar las casas y el ganado.

Fue también en el siglo XIII cuando los carniceros de la isla encontraron en el perro un ayudante por su capacidad para controlar el ganado, especialmente los toros, antes y durante su sacrificio. De hecho, su poderosa mandíbula le hacía capaz de mantenerlos inmóviles sujetándolos firmemente por la nariz.

Al mismo tiempo, también fue utilizado por los Caballeros de Malta en la batalla y para vigilar los campamentos. Además, no tenía rival en cuanto a su capacidad para abrir brechas en los campamentos enemigos, lo que facilitaba enormemente los asaltos.

En 1713 se ratifican los Tratados de Utrecht, que ponen a la isla de Mallorca bajo dominio británico. Los ingleses introdujeron entonces sus propios perros de guardia y de pelea en las Islas Baleares. Los perros mallorquines fueron criados con el Bulldog inglés, y el resultado de estos cruces se llamó «Ca de Bou», que es una traducción de la palabra inglesa «Bulldog» («bull» significa toro) en catalán. Este nombre refleja el uso principal que se le daba. De hecho, a principios del siglo XVIII, el bull-baiting, espectáculo en el que una jauría de perros debía matar a un toro, estaba muy extendido y era muy popular en Inglaterra, y los ingleses no dejaron de importarlo a Mallorca.

Los Ca de Bou también comenzaron a cazar jabalíes y ciervos. También se utilizó durante muchos años como perro guardián en los barcos, sobre todo en caso de ataques piratas, y a veces se comía cuando ya no había nada que comer.

Tras la prohibición de la caza de toros en 1835, se limitó a dos funciones principales: perro guardián y cazador.

Un siglo XX lleno de acontecimientos

A principios del siglo XX, el Perro dogo mallorquín empezó a ser más conocido. El primer registro escrito de la raza data de 1907.

En 1923, el primer representante de la raza fue inscrito en el libro genealógico español. Un año después, en Barcelona, hizo su primera aparición en una exposición canina.

Sin embargo, su desarrollo se vio muy obstaculizado por las hambrunas de las décadas de 1920 y 1930. Después, como muchas otras razas, se vio afectada por la Segunda Guerra Mundial. Su población disminuyó considerablemente durante todo el periodo.

No obstante, en 1946 se elaboró un estándar de la raza, pero no fue reconocido por la Fédération Cynologique Internationale (FCI) hasta unos veinte años después, en 1963. Sin embargo, para entonces probablemente ya no quedaban Dogos de Mallorca puros. Además, el interés de los criadores y de los particulares se había desplazado en gran medida hacia otras razas que se estaban expandiendo rápidamente en aquella época, como el Gran Danés, el Pastor Alemán y el Rottweiler.

En la década de 1980, el Ca de Bou, como se conocía después de la guerra, dejó de existir realmente, sobre todo debido a los numerosos cruces con los perros pastores mallorquines (Ca de Bestiar). Estos últimos venían de la misma región que los Ca de Bou y traían su pelaje atigrado. Sin embargo, estos sindicatos modificaron sustancialmente las características del Ca de Bou, de modo que se alejó gradualmente de la descripción dada en la norma oficial.

Sin embargo, criadores apasionados y decididos trataron de salvar la raza y asegurarse de que conservara las características lo más cerca posible del estándar registrado. Se propusieron encontrar individuos lo más parecidos posible a sus antepasados. Destacaron dos ejemplares llamados Tito y Anastasia (padre e hija, respectivamente), que fueron los primeros individuos considerados suficientemente parecidos al Ca de Bou de antaño. Su unión y cruce con otros perros cruzados en la isla ayudó a resucitar la raza desde una base sólida. Sin embargo, el número de criadores sigue siendo muy bajo y la raza sigue siendo confidencial. Los ejemplares obtenidos no salían de la isla y se reservaban para el mercado nacional, donde eran muy codiciados para las peleas de perros.

En 1992 se prohibieron las peleas de perros en las Islas Baleares, y fue entonces cuando la raza empezó a exportarse lentamente. La apertura al mercado internacional también permitió introducir nuevos reproductores en las líneas, con el fin de ampliar el patrimonio genético de la raza; se trataba tanto de sujetos de origen desconocido con rasgos físicos similares a la raza, como de híbridos de Perro dogo mallorquín.

Estas exportaciones dieron lugar a numerosos criaderos en una gran variedad de países, donde el Ca de Bou se utiliza tanto como perro de compañía como de guardia. De hecho, se puede decir que fue la exportación de la raza lo que casi la salvó, ya que en la propia Mallorca ahora sólo está presente en números muy limitados.

El reconocimiento y la popularidad del «Perro dogo mallorquín»

En las últimas décadas, la reputación del Perro dogo mallorquín ha aumentado y su número ha crecido en muchos países, pero aún queda mucho camino por recorrer. De hecho, su reconocimiento por parte de las principales organizaciones caninas del mundo sigue siendo muy parcial, lo que obviamente limita su visibilidad y su difusión.

En Francia, en la primera década del siglo XXI, se pasó de un puñado de registros al año a una cincuentena, y luego el número se disparó en pocos años, hasta superar los 200 nacimientos anuales en 2014. Desde entonces, ha rondado este valor.

Más al este, países como Polonia y Rusia han acogido a un buen número de representantes de la raza desde el inicio de su difusión internacional. Algunos incluso afirman que en los años 90 había más de 2.000 Ca de Bou sólo en la ciudad de Moscú. Es probable que esto no tenga fundamento, pero el hecho es que allí se apreció rápidamente, y todavía se aprecia.

También es especialmente popular en Puerto Rico, donde existe un prestigioso linaje desarrollado localmente, que se creó a partir del campeón español Chimo y de otros ejemplares de calidad que fueron enviados allí.

También hay varios representantes de la raza en Holanda, Dinamarca, Finlandia y Suecia. Sin embargo, esto sigue siendo bastante embrionario, como lo demuestra el escaso número de crianzas en estos países.

En Estados Unidos, el Perro dogo mallorquín fue reconocido en 2006 por el United Kennel Club (UKC). Sin embargo, la otra organización de referencia del país, el American Kennel Club (AKC), aún no ha dado el paso. Más al norte, el Canadian Kennel Club (CKC) tampoco lo reconoce. De hecho, en Norteamérica, tanto la reputación de la raza como su difusión siguen siendo muy bajas.

En el Reino Unido, donde se introdujo en 2001, tampoco está reconocido por el prestigioso Kennel Club (KC).

En España, no sólo en la isla de Mallorca el Ca de Bou es discreto. De hecho, la Real Sociedad Canina de España (RSCE), la principal organización canina del país, recibía menos de 50 solicitudes de inscripción al año a mediados de los años 2010, cifra que incluso se redujo a menos de 20 a finales de la década.

Características físicas

Tiene una cabeza voluminosa, maciza y el cráneo es ancho. Los ojos son ovalados y algo oblicuos; en cuanto al color, cuanto más oscuro mejor. Las orejas son cortas y echadas hacia atrás. El cuerpo es macizo con vientre recogido. Los miembros anteriores son fuertes y la cola llega al corvejón. El pelaje es corto y áspero.

Los colores preferidos en su orden son: el atigrado, el leonado y el negro. En el atigrado se prefieren los tonos oscuros y en los leonados los matices intensos. Las manchas blancas son admitidas en los miembros anteriores, pecho y toleradas hasta un máximo de 30 % de la superficie del cuerpo. La máscara negra es igualmente admitida.

El Ca de Bou o Dogo Mallorquín, es un perro reservado y desconfiado con los extraños. Posee una adaptación extraordinaria, pero no es un perro para colocar en cualquier mano. Su educación y socialización deben ser iniciadas lo antes posible pues la raza es naturalmente dominante.

El cuidado del pelaje es un simple cepillado semanal y una limpieza regular de las orejas y los ojos. Es un perro rústico que se adapta bien a los cambios de temperatura y soporta bien las inclemencias climáticas.

Carácter y aptitudes

Aunque el Ca de Bou ha sido utilizado en su historia para tareas bastante violentas, como la caza de toros, la matanza de toros o las peleas de perros, es sorprendentemente muy cariñoso y tiene un excelente temperamento. De hecho, suele crear un vínculo muy fuerte con su familia.

Harán cualquier cosa para proteger a su familia y son muy buenos perros guardianes. De hecho, tiene un fuerte instinto de protección y es muy receloso con los extraños. Sin embargo, aunque puede ser impresionante y disuasorio cuando es necesario, sólo muestra agresividad cuando siente que su familia está en peligro. Por otro lado, cuando trata con personas que no conoce, siempre es cauto, pero se remite a su maestro para determinar si son o no de fiar. Si el propietario invita a alguien que no conoce a la casa, normalmente mantendrá la distancia, pero no intervendrá de forma intempestiva o incluso agresiva. No obstante, es necesaria una buena socialización desde una edad temprana para evitar una desconfianza excesiva hacia todos los extraños.

Se adapta bien a los niños, con los que es paciente y amable. Es ecuánime y le gusta tanto pasar tiempo jugando con ellos como estar tranquilo en el sofá. Sin embargo, como ocurre con cualquier perro de cualquier raza, nunca debe dejarse solo con un niño pequeño sin la supervisión de un adulto. Esto es especialmente cierto porque es relativamente pesado y puede empujar o derribar fácilmente a un niño pequeño.

Por otro lado, el Ca de Bou suele llevarse muy bien con otros perros, tanto con los que comparte su hogar como con los que se encuentra en un paseo. Sin embargo, si el perro es un macho y está en presencia de otro macho con un temperamento dominante, puede desarrollarse una relación de rivalidad. Por lo tanto, es mejor evitar este tipo de convivencia y tomar precauciones para evitar cualquier pelea cuando se encuentre con otros perros, en particular haciendo presentaciones graduales.

Como no tienen un fuerte instinto de caza, sus relaciones con los animales pequeños, como los gatos, los roedores o los pájaros, suelen ser tranquilas. Si tiene que convivir con ellos a diario, lo ideal es presentárselos cuanto antes, pero su gran sociabilidad hace que sea posible integrar a los recién llegados en su casa aunque siempre haya sido el único animal.

Tal vez porque ha estado acostumbrado a ser utilizado de tantas maneras y en tantos entornos diferentes a lo largo de su historia, el Perro dogo mallorquín es generalmente muy adaptable, tanto que es posible que viva en un piso. Sin embargo, para su bienestar, es mejor que viva en una casa con jardín, ya que le gusta correr y hacer mucho ejercicio. Para sentirse bien en sus patas y en su cabeza, generalmente necesita una hora de actividad al día, que puede consistir en paseos o juegos en el jardín. En cualquier caso, las largas salidas diarias son esenciales si no tiene acceso a un jardín. Siempre están contentos de acompañar a sus dueños en los paseos, y se adaptan bien a las familias activas y deportivas. Una persona mayor o muy sedentaria, en cambio, puede no satisfacer su necesidad de actividad y estaría mejor con otra raza.

Además de participar en las actividades de sus dueños, puede, por supuesto, distinguirse en diversos deportes caninos como el agility, el cani-cross, el rastreo, el RCI o el ring. Incluso se puede hacer que tire de un carro ligero en el que se sientan los niños.

En cualquier caso, teniendo en cuenta su pasado como perro de trabajo, al Ca de Bou le gusta que le asignen tareas. Por ejemplo, se toma muy a pecho su papel de guardián: aunque no sea necesariamente evidente a primera vista, siempre está atento al menor ruido o movimiento, y muestra una gran reactividad. En general, darle tareas para hacer y mantenerlo ocupado es la mejor manera de asegurar que prospere.

Una vez que está en su sano juicio, el Perro dogo mallorquín es tranquilo y muy silencioso. No es de los que molestan a los vecinos, sólo ladra en su papel de guardián, es decir, cuando un extraño entra en su territorio y trata de demostrarle que es mejor que se vaya.

Tampoco es de los que se dejan oír cuando sus dueños no están: aunque le gusta especialmente estar en contacto con ellos, sabe quedarse solo sin sufrir ansiedad por separación.

En resumen, siempre que esté bien socializado y educado, y siempre que tenga suficientes oportunidades de hacer ejercicio, el Perro dogo mallorquín es un perro bastante fácil de llevar. Es incluso una elección de raza ideal para quienes desean adquirir su primer perro de tipo moloso, ya que no constituye un peligro para su familia y además es muy sociable con otros animales en general.

Sin embargo, esto sólo es posible si el lugar del perro en la jerarquía familiar está perfectamente claro y, por tanto, si tiene un amo que sepa desde el principio cómo posicionarse como líder y cómo ser estricto cuando sea necesario. Aunque el Ca de Bou es bastante fácil de adiestrar y manejar en comparación con otras razas similares, sigue siendo un gigante, por lo que es mejor que esté en manos de una persona que ya tenga cierta experiencia en el adiestramiento de perros.

Educación

El Perro dogo mallorquín es un pensador independiente y decidido. Por lo tanto, puede ser muy dominante si no se enfrenta a una persona experimentada en el adiestramiento de perros, que sepa mostrar tanto firmeza como coherencia para comportarse como líder y hacer entender a su perro quién es el amo.

Por lo tanto, su educación debe iniciarse a una edad temprana, cuando todavía es más impresionable, para sentar las bases sobre las que se asentará la convivencia a lo largo de su vida. Para ello, hay que ser firme, pero también suave, a riesgo de enemistarse con él o de dañar la calidad de su relación con sus dueños.

Este último debe mostrar también cierta coherencia: las reglas no sólo deben ser fijas en el tiempo, sino también de una persona a otra, es decir, todos deben estar en fase sobre lo que el perro tiene derecho o no a hacer. El perro no entendía por qué una persona le permitía subirse al sofá cuando otra se lo había prohibido tajantemente la vez anterior.

Mientras se cumplan estas condiciones a lo largo de la educación del Perro dogo mallorquín, las cosas van bien; es fácil de llevar y aprende rápidamente.

Esto es aún más cierto si su maestro se encarga de organizar pequeñas sesiones de entrenamiento y de pedirle que haga varias cosas. De este modo, se mantiene concentrado durante todo el tiempo, en lugar de aburrirle y perder su atención con sesiones largas y repetitivas.

El aprendizaje también resulta más fácil y agradable para todos cuando el propietario opta por métodos basados en el refuerzo positivo, es decir, premiando (con una palabra de ánimo, una caricia, una golosina…) el buen comportamiento e ignorando el malo. De hecho, las técnicas basadas en el castigo frustran rápidamente al perro, y una operación basada en la restricción, aunque puede funcionar a corto plazo, suele limitar las perspectivas de evolución, o incluso resulta contraproducente -o incluso peligrosa- a largo plazo. El Ca de Bou no es de los que se vuelven contra su amo, pero si éste es brutal con él y utiliza malos métodos, puede acabar respondiendo a lo que percibe como una agresión con una reacción igualmente violenta.

Por último, todos los perros se benefician de ser socializados lo antes posible, pero esto es especialmente cierto para el Perro dogo mallorquín. De hecho, su desarrollado instinto de protección le lleva generalmente a desconfiar de los extraños y, por tanto, a ser especialmente reservado con ellos. No es del tipo que se vuelve innecesariamente agresivo con ellos, pero es preferible asegurarse de que no muestre una excesiva reserva cada vez que un visitante llega a su casa. Para ello, nada como hacer que conozca a un amplio abanico de personas en todo tipo de situaciones desde sus primeros meses, para que poco a poco vaya aceptando mejor la confrontación con desconocidos. Lo mismo ocurre con la exposición a otros perros y animales de todo tipo, así como a todo tipo de ambientes y estímulos (ruidos, olores, etc.). Cuanto antes y más intensamente se socialice a un perro, más fácil le resultará moverse en el mundo humano, sean cuales sean las circunstancias.

Salud

El Perro dogo mallorquín en general presenta muy buena salud y está predispuesto a pocos problemas.De hecho, es un perro muy resistente en general.

Esto también se aplica a las temperaturas.Efectivamente, acostumbrado al clima bastante caluroso de la isla de Mallorca, es muy resistente a las altas temperaturas.Al mismo tiempo, tampoco es muy sensible al frío, aunque esto realmente no es algo común en su tierra natal.

Entre las enfermedades a las que está particularmente predispuesto, podemos mencionar: el síndrome braquicéfalo, que afecta a las razas de perros con nariz aplanada y nariz corta. En efecto, esta peculiaridad anatómica se traduce notablemente en fosas nasales estrechas y una cavidad nasal excesivamente estrecha, lo que implica insuficiencia respiratoria, que se manifiesta especialmente durante el esfuerzo físico y / o en caso de calor fuerte. También puede ser la causa de diversos problemas digestivos (vómitos, etc.). Si los casos más graves deben ser tratados mediante un acto quirúrgico para aumentar la capacidad respiratoria del animal, la mayoría de los afectados viven de forma más o menos normal en cuanto su dueño les ahorra un esfuerzo físico demasiado intenso (sobre todo, especialmente cuando hace calor o hace calor húmedo) y controle cuidadosamente su dieta para evitar el sobrepeso (un problema al que la raza no es particularmente propensa).Bulldog francés o el Pug;

  • La displasia de cadera, malformación articular en la que el fémur no está correctamente posicionado en la cavidad pélvica de la articulación de la cadera.Esto causa dolor y cojera, así como osteoartritis a medida que envejecemos. Este problema, cuya aparición a menudo se ve favorecida por una predisposición hereditaria, puede tratarse o aliviarse mediante una intervención quirúrgica;
  • La dilatación-torsión del estómago, problema que afecta especialmente a los perros medianos grandes. Puede ocurrir especialmente cuando el animal ingiere grandes cantidades de comida con demasiada rapidez. Consiste en una hinchazón excesiva y repentina del estómago, que se pliega sobre sí mismo;esto bloquea la evacuación de gases e interrumpe la circulación sanguínea. Sin una intervención médica rápida, la muerte del perro ocurre rápidamente;
  • El entropión, donde el párpado de un ojo gira hacia adentro en contacto con el globo ocular. Este problema se puede heredar y causa una irritación severa en el ojo. Es muy posible remediar esto mediante cirugía;
  • El ectropión, que corresponde a un defecto de enrollamiento del párpado inferior. Entonces, el ojo ya no está adecuadamente protegido, lo que provoca una irritación más o menos grave y conjuntivitis. Una vez más, esta afección se puede heredar y se puede curar con cirugía.

Aunque la raza no está predispuesta a una gran cantidad de enfermedades, es importante acudir a un criador de Perro dogo mallorquín serio y competente. En efecto, esto permite que el cachorro adoptado se haya beneficiado de un buen ambiente de vida y una buena socialización desde sus primeras semanas, pero también y sobre todo maximizar las posibilidades de que goce de buena salud y el resto. De hecho, un criador serio evita criar un perro con un defecto hereditario como la displasia de cadera., porque habría un riesgo significativo de transmisión a los jóvenes.Si no los presenta de forma espontánea, como debería ser el caso, se le deberá preguntar por los resultados de las correspondientes pruebas realizadas a los padres o al cachorro.

También debe poder aportar siempre un certificado de buen estado de salud del cachorro elaborado por un veterinario, así como un registro sanitario o de vacunación, que acredite que el pequeño ha recibido todas las vacunas necesarias. Una vez que el animal ha regresado a su nuevo hogar, no se debe olvidar nunca, durante los meses siguientes, que aún está creciendo y, por lo tanto, particularmente frágil. Por ello, hasta que cumpla aproximadamente un año y medio, es importante evitarle cualquier ejercicio físico que sea demasiado intenso o demasiado prolongado, de lo contrario sus articulaciones o huesos podrían sufrir gravemente. O incluso terminar presentando defectos de desarrollo susceptibles de incapacitarlo a lo largo de su vida.Esto es tanto más cierto cuanto que Ca de Bou está predispuesto a la displasia de cadera.

Por último, incluso una vez que ha pasado este período de crecimiento y el animal se ha convertido en un adulto, es importante prestar siempre atención a su salud. Para ello, nada sustituye a un chequeo completo en un veterinario al menos una vez al año, para asegurar que no aparezca ningún problema que no pueda ser detectado por una persona sin experiencia. Estas citas regulares también ofrecen la oportunidad de que le recuerden sus vacunas, para que nunca deje de estar protegido. También debe usarse contra parásitos internos y externos, por lo que le corresponde a su maestro renovar sus tratamientos antiparasitarios siempre que sea necesario, a lo largo del año.

Esperanza de vida

11 años

Aseo

El Ca de Bou es una raza fácil de cuidar, y esto es especialmente cierto para su pelaje. Un cepillado semanal es más que suficiente para mantenerlo en buen estado. Sin embargo, no es así durante los periodos de muda, en primavera y otoño: debe hacerse mucho más cada día, para permitir una buena eliminación de los pelos muertos.

Además, como no está sucio ni huele mal, rara vez necesita un baño. A no ser que haya estado especialmente sucio durante una salida o en contacto con material tóxico, hacerlo 2 o 3 veces al año es más que suficiente. También puede ser prudente hacer esto al mismo tiempo que sus mudas estacionales para ahorrar tiempo durante estos períodos, ya que elimina una buena cantidad de pelo muerto. En cualquier caso, siempre hay que utilizar un champú especialmente desarrollado para perros, ya que el pH de su piel es diferente al de la piel humana.

Además, aunque sus orejas no son especialmente propensas a las infecciones, hay que revisarlas y limpiarlas una vez a la semana para evitar que se acumule suciedad o humedad que pueda provocar una infección.
Sus ojos tampoco son inmunes a las infecciones, por lo que también hay que revisarlos y limpiarlos semanalmente para evitar que se acumule la suciedad.

Cepillar los dientes de su perro también es un buen hábito que debe establecerse al menos una vez a la semana, asegurándose de utilizar una pasta de dientes específica para perros cada vez. Esto ayuda a prevenir la formación de placa, que puede provocar graves problemas de salud cuando se convierte en sarro. Si es posible, es aconsejable optar por una frecuencia aún mayor, incluso diaria.

En cuanto a las garras, este perro tan adaptable las desgasta en mayor o menor medida, según el nivel de actividad de su familia y su entorno vital. Un perro que pasea y pasa mucho tiempo al día no necesita que le corten las uñas manualmente, ya que se liman solas, sobre todo si es en una superficie dura como el asfalto. Sin embargo, si el perro vive en un piso y no es muy activo, es necesario recortarlo regularmente. Unas garras demasiado largas pueden ser muy molestas para el perro, sobre todo a la hora de desplazarse. Además, si se rompen, pueden herir al perro. De hecho, en cuanto se oye el roce con el suelo duro, se han vuelto demasiado largas y hay que cortarlas.

Ya sea el pelaje, las orejas, los ojos, los dientes o las garras, el aseo de su perro requiere un mínimo de precisión y vigilancia. Si no lo hace, no sólo puede fracasar en el aseo de su perro, sino que puede hacerle daño, o incluso lesionarlo. Por lo tanto, la primera vez es mejor pedir el consejo de un veterinario o de un peluquero canino profesional, y aprender de él cómo cuidar de su Ca de Bou.

Cuanto antes se adiestre a su perro, mejor será para el resto de su vida.

Alimentación

La alimentación de un Perro dogo mallorquín no es una tarea ardua: está perfectamente bien con una dieta industrial de calidad y equilibrada. Las raciones caseras son otra opción perfectamente adecuada, siempre que estén bien compuestas y, por tanto, sean capaces de satisfacer sus necesidades nutricionales. Para ello, deben consistir principalmente en carne, pero también pueden contener huesos grandes, despojos, verduras y arroz.

En cualquier caso, la cantidad que se le dé debe ser coherente con su edad, su salud y la cantidad de ejercicio físico que realiza a diario.

Además, el hecho de que sea propenso a la dilatación-torsión del estómago hace que deban observarse algunas normas de precaución al alimentar al Perro dogo mallorquín. Por lo tanto, es esencial dividir su ración diaria en al menos dos comidas, y que éstas se tomen con calma. Además, no deben ir precedidos ni seguidos de ninguna actividad intensa o prolongada durante una hora.

Aunque esta raza no sea muy propensa a la obesidad, es importante controlar regularmente el peso del perro. De hecho, nadie es inmune al aumento de peso repentino y significativo, especialmente después de la esterilización. Pesar a su perro aproximadamente una vez al mes le permitirá detectar rápidamente cualquier desviación inexplicable, de modo que podrá llevar a su perro al veterinario si el desvío se confirma o incluso aumenta durante las siguientes mediciones. De hecho, sólo un profesional de la salud puede hacer un diagnóstico fiable e indicar cómo remediar el problema, porque la dieta y la falta de actividad no son las únicas causas posibles del sobrepeso: también puede estar causado por una enfermedad o una reacción a un tratamiento.

Por último, como todos los perros, el Ca de Bou debe tener siempre a su disposición un cuenco de agua limpia y fresca.

Precio

El Perro dogo mallorquín se puede encontrar a varios precios. En todos los casos, estos últimos dependen, en particular, de la reputación del criadero, de la línea de la que procede el cachorro, pero también de sus cualidades intrínsecas, en particular de sus cualidades físicas, sobre todo de su mayor o menor conformidad y de su color.

De hecho, el color atigrado es el más buscado en esta raza, lo que puede explicar las diferencias de precio, a veces sustanciales, incluso dentro de la misma camada.

En España, el precio medio de un cachorro de compañía ronda los 700 euros. Evidentemente, al igual que en otros lugares, puede ser mucho mayor para los mejores sujetos. Los que se venden con garantía de confirmación, cuyos atributos les permitirán ser expuestos en exposiciones caninas o utilizados como reproductores, pueden alcanzar sumas mucho más elevadas, hasta varios miles de euros.

Imágenes Ca de Bou

Vídeos Ca de Bou

Tipo y reconocimientos:

  • CLASIFICACIÓN FCI: 249
  • Grupo 2: Perros Tipo Pinscher y Schnauzer – Molosoides – Perros Tipo de Montaña y Boyeros Suizos
  • Sección 2.1: Molosoides, tipo dogo. Sin prueba de trabajo.

Federaciones:

FCI , UKC

Estándar FCI de la raza "Ca de Bou (Perro dogo mallorquín)"

Origen:
España

Fecha de publicación del estándar original válido:
11.12.1996

Utilización:

Perro de guardia y defensa



Apariencia general:

Raza típicamente molosoide, ligeramente alargado, fuerte y poderoso. De alzada media, con marcada diferenciación sexual en el volumen craneal, superior en el macho que en la hembra.



Comportamiento / temperamento:

De carácter tranquilo, que demuestra a su vez valentía y coraje, siendo sociable al trato humano y fiel y agradecido a su dueño. En las labores de guarda y defensa, actúa como insuperable guardián. En reposo se muestra confiado y seguro de sí mismo; estando alerta, su mirada es penetrante.

Cabeza:

Fuerte, maciza

Región craneal:
  • Cráneo: Grande, ancho, tendente al cuadrado, de mayor perímetro que la talla a la cruz, esencialmente en los machos. Frente ancha y plana, con surco frontal bien marcado; de frente, la forma del cráneo no deja ver el occipital. La línea superior del cráneo y la supranasal son casi paralelas, con ligera convergencia.
  • Depresión naso-frontal (Stop): De perfil, bien marcado y sobresaliente. De frente, perceptible únicamente por los arcos superciliares que delimitan un claro surco frontal.

Región facial:

Músculos maxilares muy fuertes y prominentes, desarrollados hasta el nivel medio de los ojos, y aunque posee algunas arrugas en las caras laterales de los maseteros, se puede decir que, en general, la piel de la cabeza no presenta arrugas.

  • Trufa: Negra y ancha. Entre las ventanas tiene el filtro bien definido.
  • Hocico: Nace a partir del ángulo interno de los ojos, ancho y cónico, recordando de perfil un cono truncado de base ancha; con línea supranasal recta y ligeramente ascendente. La longitud del hocico debe estar en relación 1/3 respecto de la cabeza.
  • Labios: Los labios superiores se superponen a los inferiores hasta la mitad del hocico, donde aparece la comisura labial. El superior es más bien recogido, mientras que el inferior se repliega en su centro, y no se remarcan los labios cuando la boca está cerrada. Cavidad bucal con estrías marcadas y bordes de las encías negros, el resto de la cavidad bucal rojo.
  • Mandíbulas / Dientes: Maxilares potentes con incisivos bien alineados, caninos algo separados, dentadura completa blanca y fuerte con mordida prognata; sin ser excesivo este prognatismo inferior, deberá ser de un centímetro como máximo. Nunca deberán verse los dientes con la boca cerrada.
  • Ojos: Grandes, ovalados, con abertura ancha, pronunciada y algo oblicua, de color lo más oscuro posible en relación con la capa, sin dejar ver la conjuntiva; vistos de frente no dejan ver el blanco ; situados bajos y muy separados entre sí.
  • Orejas: De implantación alta y lateral, más bien pequeñas y echadas hacia atrás y curvadas, mostrando el pabellón auditivo ; el tipo llamado rosa. En reposo el extremo de la oreja se halla a un nivel inferior al de los ojos.

Cuello:

Fuerte, grueso y proporcionado, en su nacimiento tiene una anchura similar al diámetro de la cabeza ; bien enlazado con la cruz. La piel algo suelta, estando permitida una fina papada.

Cuerpo:

  • Riñones y flancos: Cortos, relativamente estrechos y formando un arco pronunciado hasta la grupa.
  • Grupa: Aproximadamente de 1 a 2 cm más alta que la cruz, inclinada en unos 30° de la horizontal, algo más estrecha que el tórax.
  • Tórax: Costillar algo cilíndrico, profundo hasta la altura de los codos, ancho a la altura de la cruz, debido a la separación de los omóplatos.
  • Perfil inferior: Pecho paralelo al suelo, vientre suavemente ascendente y recogido, nunca agalgado.

Cola:

Implantada baja, gruesa en su raíz se adelgaza hasta su extremo que alcanza el corvejón, y terminada en punta; durante el reposo cae de forma natural, mientras que en acción se arquea ligeramente y se dispone a nivel de la línea dorsal.

Extremidades

MIEMBROS ANTERIORES:

  • Hombros: Moderadamente cortos, ligeramente oblicuos y poco prominentes.
  • Brazos: Rectos, aplomados y separados entre sí.
  • Codos: Separados debido a la amplitud del pecho, pero nunca abiertos.
  • Antebrazos: Bien musculados, rectos y de osamenta gruesa.
  • Pies anteriores: Fuertes, con dedos gruesos, bien unidos y ligeramente redondos; almohadillas ligeramente pigmentadas.

MIEMBROS POSTERIORES: Musculados, más largos que los anteriores.

  • Muslos: Largos ; articulaciones naturales.
  • Corvejones: Cortos, rectos y fuertes. Espolones no deseables.
  • Pies posteriores: Fuertes, con dedos gruesos más largos que los de los pies anteriores, presentando en su conjunto forma ovalada; almohadillas preferiblemente pigmentadas.

Movimiento:

La andadura típica de la raza es el trote.

Manto

Más bien gruesa, bien pegada al cuerpo, excepto en el cuello, que puede formar ligera papada.



PELAJE

  • PELO: Corto y áspero al tacto.
  • COLOR: Atigrado, leonado y negro, deseables por este orden. Para los atigrados son preferibles los tonos oscuros; en los leonados los colores intensos.

Se admiten manchas blancas en pies anteriores, pecho y hocico, hasta máximo total de un 30%. También se admite la máscara negra.



Tamaño y peso:

Altura a la cruz:

  • Machos de 55 a 58 cm
  • Hembras de 52 a 55 cm.

Peso:

  • En los machos oscila de los 35 a 38 kg
  • En las hembras oscila de los 30 a 34 kg.


Faltas:

Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar y de sus consecuencias sobre la salud y el bienestar del perro.



FALTAS GRAVES

  • Ejemplares cuya alzada a la cruz resulte superior a la grupa.
  • Prognatismo inferior que sea superior a un centímetro.
  • Mordida en tijera, o pinza.
  • Falta de dos premolares.
  • Ejemplares que no presentan orejas en rosa, esto es orejas pegadas y planas a la cara ; y con orejas erguidas en su base, aun siendo en rosa en su tercio final.
  • Cola tipo bulldog.
  • Cualquier otra falta que por su gravedad se aparte del estándar.

FALTAS ELIMINATORIAS

  • Perro agresivo o temeroso.
  • Prognatismo superior.
  • Ojos claros y amarillos.
  • Orejas o cola amputadas.
  • Color blanco en más de 30% en partes del cuerpo que no sean pies anteriores, pecho y hocico.
  • Manchas de cualquier otra coloración.

MEDIDAS ORIENTATIVAS EN UN PERRO STANDARD

  • Peso 36 kg
  • Altura en grupa 58 cm
  • Altura en cruz 56 cm
  • Perímetro torácico 78 cm
  • Circunferencia de la cabeza 59,5 cm
  • Distancia occipital al nacimiento de la cola 73 cm
  • Distancia del occipital al hocico 22 cm
  • Distancia del hocico a la depresión frontal 8 cm

Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.



N.B.:

Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.

Fuente: F.C.I - Fédération Cynologique Internationale

Nombres alternativos:

1. Mallorquin Mastiff, Mallorquin Bulldog, Silverback (inglés).
2. Dogue de Majorque (francés).
3. Ca de Bou (alemán).
4. Ca de bou, Dogo maiorquino (portugués).
5. Dogo mallorquín, perro de presa mallorquín, Presa mallorquín (español).

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